Funcarbón: de los productos a los procesos

Hace seis meses Funcarbón decidió apostarle a la comunicación como una forma para construir una sociedad con más oportunidades en los entornos de su operación. Cucunubá, Guachetá y Lenguazaque son los municipios beneficiarios de un proyecto de comunicación que dota a 5 instituciones educativas de estudios completos para producción de radio y televisión, además del acompañamiento de un equipo de consultores. Hoy han sonado varios productos radiales en emisoras locales y escolares, reflejando el trabajo de estos jóvenes entusiastas de la comunicación. Pero, la transformación se da más allá del producto audiovisual mismo: detrás de los productos audiovisuales se esconden discusiones de estos estudiantes sobre cómo abordar los temas, cómo repartirse el espacio, cómo cuidar los equipos, cómo aprovechar mejor el tiempo libre y cómo resolver conflictos.

Algunos estudiantes entraron al proyecto y salieron a los pocos días; otros caminan dos y hasta tres horas para quedarse con los consultores a aprender un poco más de computadores, de ondas y de sonidos. Detrás de cada joven hay una historia: la mamá de Maicol está enferma y él debe cuidarla, pero aprovecha los ratos libres para ir a la emisora y grabar sus canciones. Nelson y Gustavo eran enemigos en su colegio, pero hoy gracias a la interacción dentro del Colectivo de Comunicaciones son dos líderes que proponen y trabajan comprometidos. Alexandra no sabía qué quería hacer cuando terminara bachillerato, pero hoy está segura de que quiere estudiar comunicación social. Nombro a los que se me vienen más rápido a la cabeza no porque sean mejores que los otros, sino porque son ejemplos vivos de que el proceso vale más que el producto.

Resulta curioso que cuando pregunto por el rendimiento académico de los estudiantes más curiosos, la respuesta es: deficiente. Y esto me hace pensar que la educación tradicional no es suficiente para algunas cabezas que se apasionan tocando, mirando, oliendo y viviendo. Les va mal no porque no entiendan, sino porque les cuesta quedarse quietos copiando un dictado y porque cuestionan más de lo que algunos querrían.

Funcarbón decidió invertir en un camino arduo al que muchas empresas deciden huirle porque sus resultados no se ven de manera inmediata. Un proceso de aprendizaje no se muestra al instante, como sí se puede ver  la donación de un parque o la construcción de un salón comunal. Los resultados de los procesos de educación se encuentran en el largo plazo, en los líderes de mañana, en los padres de familia en que se convertirán esos niños, en los políticos correctos, los amigos leales, los profesionales recursivos.

El 6 de Octubre directivos de Coquecol y Funcarbón visitaron a los jóvenes de los colegios. Éstos aprovecharon para agradecerles por creer en ellos, los entrevistaron y les mostraron los productos que realizaron. Estos niños son partícipes de una visión de Responsabilidad Social Empresarial que cree en las transformaciones de mediano y largo plazo.